martes, 8 de abril de 2014

Planeación con objetivos de largo plazo para Colombia

En el país hay muchas cosas por hacer. Cuando son tantas uno quisiera hablar de todas al mismo tiempo y mirar cómo las buenas podrían mantenerse y las que no andan tan bien como podrían mejorarse. Pero no es posible hablar de todo al tiempo, así que en este primer texto me dedicaré sólo a pensar en algo  general que me preocupa y es la planeación, para luego ir bajando hacia temas más puntuales.

La planeación es la herramienta mediante la cual es posible marcar la ruta y decir para dónde va el País. En Colombia contamos con el Plan Nacional de Desarrollo que marca objetivos de mediano plazo (4 años), pero en deberíamos tener un norte de largo plazo que nos permita avanzar en el desarrollo económico y social que quisiéramos y que pudiéramos construir para el país.

Hoy estamos en el tercer lugar de las economías de América Latina y esto muestra que hemos avanzado por buen camino, o bien que países como Venezuela y Argentina se han desequilibrado económicamente lo cual nos permite estar en una mejor posición. No obstante, e independientemente de la razón, debemos empezar a pensar cuáles sectores productivos sostienen nuestra economía y cuáles podemos potencializar, es decir,  capitalizarlos para ser más competitivos en una economía global. Para ello debemos buscar mejorar el desarrollo de las capacidades productivas del país; lo cual no puede dejarse al azar y requiere de una política industrial pública bien pensada e innovadora.

Este crecimiento económico debe verse reflejado en el bienestar social de los Colombianos, por ello, debemos pensar también en cómo aprovechar el momento económico para sentar las bases de una sociedad más equitativa que avance en la senda de la igualdad de  oportunidad para todos: con educación de calidad, acceso a la educación para los estratos 1, 2 y 3, justicia eficiente, atención en salud digna, institucionalidad y garantía de derechos, equidad, promoción deportiva y cultural, empleo, seguridad,  y disminución de la pobreza. Para esto y mucho más también se requiere una política social pública activa e inclusiva.

El diseño de políticas públicas tanto para la capitalización de sectores productivos como para el bienestar social, debe tener varios componentes, como por ejemplo:
  • ·       Información base de la situación del país en cada uno de los sectores de gestión pública, para saber para dónde vamos debemos tener la certeza de dónde estamos;
  • ·   Objetivos de largo plazo (mucho más de 4 años) claramente definidos no sólo por el gobierno sino con participación ciudadana; el compromiso de los administradores públicos y gobernantes de avanzar en esa senda (esto posiblemente requiera Ley);
  • ·       La integración de las acciones, es decir que un Ministerio se una a otros no sólo para ejecutar la política pública, sino incluso para diseñarla, algo así como la interdisciplinariedad en un grupo de trabajo;
  • ·       El seguimiento constante de la implementación de la política y sus ajustes, porque en realidad nada sale al 100% de lo planeado y siempre es necesario contar con los imprevistos y con cómo sortearlos;
  • ·       Integración de lo nacional con lo regional, sin violentar la descentralización;
  • ·       Una buena veeduría ciudadana con una participación activa en el diseño y el seguimiento a las políticas públicas.


Estamos en condición de proyectarnos como país y hacerlo realidad, tenemos personas preparadas para pensar a largo plazo; tecnologías de información y comunicación para propiciar la participación ciudadana; infraestructura para diseñar y mantener tanques de pensamiento que mantengan y retroalimenten la política pública; y la institucionalidad para lograrlo. Necesitamos el compromiso de dirigentes, políticos y administradores públicos. Además es fundamental la priorización de los recursos públicos en las políticas definidas y lograr lo que muchos creen impensable.

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